lunes, 9 de marzo de 2020

POSTUREO...O NO

Esta mañana he tenido entreno...uno de esos en los que te ponen a prueba física, mental y emocionalmente.
Físicamente porque sigo descubriendo o redescubriendo músculos olvidados o escondidos o en estado comatoso y posiciones que se me antojan antipáticas o con las que me llevo fatal (¿Alguien ha probado a hacer sentadillas bien hechas? Lo de sacar culo no está hecho para mí).
Mentalmente porque ha habido momentos de temblor y volver a pensar que no iba a poder. Suerte de mi maestro "Jedi" particular que dice las palabras justas en el momento justo. Es curioso cómo un "Acepta lo que estás sintiendo y respira" me pega una "colleja cósmica" y me recuerda lo que ya he aprendido o estoy aprendiendo: acoger, sentir y gestionar/transitar. ¡Y funciona! Soy aún una pequeña "padawan" en proceso. La cuestión es que ahora esas sensaciones ya no se quedan estancadas y me dejan tocada sino que me recuerdan mi propia fuerza y mi propia capacidad para convertir el recuerdo doloroso en herramienta útil.
Emocionalmente porque hay ciertos ejercicios en que delante de ti no tienes nada más que el espacio, o peor aún, gente o yo misma en un espejo. La exposición...ya sabéis. No lo voy a repetir.Y automáticamente ¿Adivináis qué hago yo? Mirar al suelo...no vaya a ser que si miro al frente se abra ante mí un portal interdimensional del cual salgan los demonios del averno. Parece que si miras al suelo no te ve nadie...menuda idea y sensación elaborada y lleeeeena de sentido, claaaaaro (nótese el tono irónico)...Y reflexionando sobre eso he recordado mi experiencia del sábado por la mañana con un grupo de mujeres preciosas y valientes en una charla con Inma Rabasco de living with choco(clicad en el link si queréis conocerla). Inma es coach e inspiradora de vida, y entre otras muchas cosas interesantes, habla mucho sobre la autoestima y justo el sábado hablaba de la importancia de nuestra postura y nuestro lenguaje no verbal. Nos invitaba a probar a hacer gestos o tomar posturas "como si fingiéramos" por ejemplo que nos sentimos seguras, o atractivas o qué se yo, lo que se te ocurra. El que está delante no lo va a notar aunque tú creas que sí. No notará que lo finges pero quizás sí note una actitud diferente. Es como cuando tienes dos pelos en las piernas y tú crees que toooooooda la humanidad va a ver unas piernas de hombre lobo en luna llena....No, querida...Probablemente no verán ni tus piernas y no verán los dos pelos (y si los ven y les molestan que se atrevan a quitártelos, ¡HA!).
Está comprobado que nuestra postura puede influir en nuestro cerebro favoreciendo un tipo u otro de neurotransmisores y sustancias químicas que a su vez pueden influir en nuestro estado de ánimo.
A veces es cuestión de fingir/probar hasta que le encuentras el gusto o la comodidad. Y he llegado a la conclusión de  que a lo mejor, muchas de las personas que yo veo estupendas y cómodas haciendo sus ejercicios en el gimnasio también están postureando o fingiendo porque en el fondo no se sienten cómodos ni seguros. Así que voy a intentar mirar al frente, sacar pecho y probar a hacer ver que estoy en mi salsa, a ver si me lo acabo creyendo aunque sea un poquito. Y si se abre el portal interdimensional igual me atrevo incluso a asomar la nariz a ver si me estoy perdiendo algo interesante. ¿Quién sabe? Me apetece divertirme.

Un secretito que voy a compartir con vosotr@s....un truco antes de ir al gimnasio que uso es escuchar una canción en particular...."Feeling Good"(clicad en el título). En mi caso la versión de Michael Bublé. La bailo en la cocina mientras preparo el desayuno y a veces la tarareo mientras subo las escaleras hacia la sala de fitness y lo mío me cuesta no bailarla a la vez. Seguro que no soy la única que usa sus trucos (Guiño). ¿Quién no tiene sus secretillos, verdad? (Otro guiño)



No hay comentarios:

Publicar un comentario