jueves, 19 de marzo de 2020

¿INTROSPECCIÓN O EXPANSIÓN?

El otro día un amigo mío me decía (por WhatsAp) que no estaba de acuerdo conmigo respecto al post en que escribí que aprovecháramos para recuperar las conversaciones, buscar la manera de vernos vía Skype, oírnos etc. Su opinión es que es un buen momento para la introspección, para estar con uno mismo y con los tuyos en casa. Discrepaba pero me hizo pensar en ello. Es un alivio poder pensar diferente y expresarlo tranquilamente. Y el muy "jodío" siempre me hace pensar.
Y conforme pasan los días siento que en parte tiene razón. En gran parte (¡Pero no en toda! Sabes que nunca te daré la razón del todo jaja).

Al principio del confinamiento es como que me quedé enganchada en todo aquello que me faltaba. Ver gente, abrazar, besar, conversar con los demás, caminar...El hecho de no trabajar hace que normalmente yo ya pase mucho tiempo en casa sola por lo cual ver gente y relacionarme para mí es aire fresco y realmente este encierro no lo llevo del todo bien (como mucha otra gente, claro está). Qué leches...a quien quiero engañar, hay ratos en que lo llevo fatal. Pero me hizo pensar en la oportunidad de relacionarme con mi hijo y mi marido desde otro punto. No desde la rutina y la costumbre sino desde una perspectiva más consciente. No resulta fácil si eres una persona muy emocional y sensible compartir esto con los tuyos cuando ellos son totalmente lo contrario. Pragmatismo. No es ni mejor ni peor...pero a mí eso a veces no me ayuda mucho. Los adoro, pero es así. Aunque tengo que decir que mi pichón casi pavo empieza a desmontarse.

Poco a poco he ido dándome cuenta de que cada vez me apetece menos mirar redes como una vía de escape, hablar a modo de fuga  (opciones totalmente lícitas) por no mencionar el bombardeo televisivo de noticias y mierdas varias y me acomodo más en el silencio, en simplemente "ser y estar". Confieso que me produce cierta angustia. Por todas partes te dicen que tengas una rutina, que estés activo, que aproveches para ordenar y limpiar... ¿Qué queréis que os diga? Me apetece tanto ordenar armarios y limpiar como pelar pollos. O sea, cero. Me imagino que acabaré haciéndolo por pura desesperación. Cuando llegue lo aprovecharé. Hace meses que digo que lo tengo que hacer. Tengo mis rutinas, eso sí. El rímel no falta ni ahora, jeje.

Para los que hemos convivido con la ansiedad, es un momentazo estupendo para que se vuelva a presentar. Y ahí está, respirándome en la nuca. Tengo ratos de mucho agobio, irascibilidad, sensación de encierro y bloqueo pero he decidido no intentar no sentirlo (tarea difícil pero sigo practicando). Sé que la sensación de encierro me conecta inconscientemente con los días y semanas de hospital. Particularmente  con uno en especial de un mes y medio de duración (hacía poco menos de un mes que había salido de otro mes de ingreso). Os pongo en situación: julio y agosto. Piernas inmovilizadas con sendas férulas "fresquísimas" desde la ingle hasta el tobillo. Habitación sin aire acondicionado ni lavabo ni ducha adaptados. Me lavaban con esponjitas y toallitas. Lo pasé leyendo (como no podían llevarme bombones me llevaban libros. ¡¡¡¡Gran alternativa!!!!), escuchando música, cantando, bailando en mi imaginación, escribiendo, pasando febradas, cabreándome, llorando y luego volviendo a reír. Cuando salí, la primera vez que me corrió el agua por el cuerpo fue....orgásmico. Y eso que fue con cubos y la manguera puestos al sol en la torre de mis tíos. A pesar de no poder caminar aún (eso aún tardaría casi un año) fue de las mejores sensaciones de mi vida. De libertad total.

Con todo este rollo lo que quiero decir es que pasar por esas circunstancias tan duras me demostraron la fuerza que tengo y sobre todo lo importante de la vida. Y a veces se me olvida.
Vale. Saber que esta situación me conecta con ciertas sensaciones de aquel trago es un primer paso. Tomar consciencia. Bien. "Paso, inspiración, barrido", como en "Momo". Habrá que hacer las paces con eso. Estoy en ello.

Como entonces, también tengo momentos buenos. ¡Muchos! Bailar (ahora sin imaginarlo), cantar y escribir, leer o abrazar a mis chicos me hace sentir bien. Hacer ejercicio, observar las flores que empiezan a brotar en la terraza... o barrer la terraza...tres veces. O cuatro. Seguir tomando consciencia.
Intentar animar a otros también me ayuda. De ahí compartir cada día una canción que aporte buen rollo.

Y entonces me doy cuenta de que unos días después de empezar el encierro(hoy empieza el séptimo), de repente hablo porque me apetece y no como necesidad vital (que en sus momentos también está bien). Que no busco desesperada la relación con el exterior sino porque me apetece, quiero  y con quien quiero.

En fin, que es un buen momento para aprender de la situación, de una misma y fluir con todos sus momentos y emociones. Que todo esto nos recuerde lo importante. Cuando me ofusco me ofusco, lo siento, me cabreo y si lo necesito lloro o lo escribo. Y luego, pienso en las cosas geniales que me esperan después. Imagino, pero imagino bien. Cómo abrazaré a mis "Perris", a mis "Desaprofitades", a mi madre, a mi familia, a Dani, Sergio, Mario, Carol, a Eva, etc ....a los que quiero, en definitiva. Imagino cómo caminaré por la montaña o veré una obra de teatro. O imagino simplemente estar en mi casa por el placer de estar y disfrutar en ella con mis chicos. Ese es mi anclaje.

Y mando todo mi cariño a los que están en el hospital sea por el coronamierda (perdón, ya sabéis...mi boca) o por otras cosas, ingresados o trabajando. Ya hay gente que conozco y aprecio hospitalizados. Tengo amigos y familia trabajando en hospitales (y tiendas de alimentación, farmacias...). Todo eso es importante de verdad. Al fin y al cabo yo, como tantos otros, estoy en mi casa con mis cosas y los míos. Somos muy afortunados. Tenemos una casa en la que estar, la nevera llena (y algunos tienen huevos para un año, porque a mí me está costando encontrarlos) y la mayoría muchas comodidades. No lo olvidemos.

Así que, ánimo a tod@s. Esto es pasajero y ya queda menos. Sentid lo que tengáis que sentir, haced lo que podáis o a ratos simplemente no hagáis NADA, pero que los árboles no nos impidan ver el bosque. Que lo urgente no nos haga olvidar lo importante. ¡¡Y ya nos veremos en primavera!! Venga, va, aprovecharemos para hacer el cambio de armario

Hoy os comparto aquí la música desconfinada de hoy. Cuando estaba en mi encierro hospitalario y después convaleciente me regalaron un CD de Jarabe de palo. Esta canción en particular me encanta porque habla sobre la amistad. La de verdad. La que para mí se escribe en mayúsculas. Por cierto, ayer mi amigo (de los de mayúsculas) me llamó y nos oímos la voz. ¿Veis como no le puedo dar toda la razón?

  "Grita" (Ya sabéis, clicad encima del título).



¡¡¡Abrazos apretados y vista en lo bueno que está por venir!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario